El camino de la belleza, en fin, es el camino de los hijos verdaderos, los hijos, en efecto, por disposición de amor y por costumbre de vida, descubren en la propia madre rasgos de profunda belleza, que a las personas ajenas quedan ocultas. Vivir como hijos de María para adentrarnos más hondamente en su Hermosura, como san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. Por eso, ya que como Jesús somos hijos de María en el plano espiritual -primogénito entre muchos hermanos- podemos apropiarnos las palabras que el Beato Amadeo de Lausana (+1159) pone en labios de Jesús, su Hijo, alabando la Hermosura de su Madre: “Tú eres toda hermosa ¡oh Madre mía! En ti no hay mancha alguna” (Cant 4,7). Tú eres hermosa: hermosa en los pensamientos, hermosa en las palabras, hermosa en las acciones, hermosa desde el nacimiento hasta la muerte, hermosa en la concepción virginal, hermosa en el parto divino, hermosa, sobre todo, en el resplandor de mi resurrección”. Toda hermosa, tod...