Cuanto dice san
Juan de la Cruz del matrimonio espiritual, tengo que aplicárselo antes que a
ningún santo a la Virgen María, que, como vimos, para el Santo, desde el primer
instante de su Concepción Inmaculada estaba gozando de este altísimo estado de
gracia y en cuanto a calidad María es la primera en el catálogo de los santos.
La primera a quien el amoroso Esposo llama su corona, su esposa, la alegría de
su corazón, llevándola en sus brazos, sintiendo el alma tener un estrecho abrazo,
por medio del cual vive María vida de Dios, y procediendo con ella como Esposo
de tálamo. Es María la primera llamada por Dios y metida en el huerto florido,
que es él, para consumar este estado felicísimo del matrimonio espiritual,
hecha divina y Dios por participación; cuanto se puede en esta vida; es la
primera que experimenta que Dios es el huerto ameno por el deleitoso y suave
asiento que su alma, transformada en alto abrazo, halla en él; es la primera
que experimenta que consumado este matrimonio espiritual entre Dios y el alma
son dos naturalezas en un espíritu y amor, según dice san Pablo: el que se junta al Señor, un espíritu se hace
con él.
Y después de María
su esposo san José, que, si fue casado con la Virgen para que participase de su
inefable grandeza, quiero pensar y decir que el santo Patriarca participó de la
gracia del matrimonio espiritual desde el momento de su santificación en el
seno de su madre y guiado únicamente por el Espíritu Santo en todo y en ese
mismo instante fue elevado al altísimo estado del matrimonio espiritual. Y en
calidad es una participación mucho más eminente que la de todos los santos,
pues san José pertenece al orden hipostático, y, aunque en el último grado, el
último grado en un orden tan superior como el de la gracia de la salvación y
redención de Cristo, es mucho más excelso que el grado superior de un orden
inferior, como es el orden de la gracia en que viven todos los santos.
Todas las
particularidades de esta canción 22, que referí al hablar de María tenemos que
verlas en san José en grado muy superior a todos los demás santos y así san
José resulta grandemente engrandecido. Vive toda su vida en este altísimo
estado de matrimonio espiritual, como María y con María.
P. Román Llamas, ocd
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