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Mostrando entradas de abril, 2021

¡¡¡ SAN JOSÉ!!!

           Voy a presentar una ficha, breve, dado la de cosas que se pueden decir del santo Patriarca, como el carnet de identidad de esa figura extraordinaria, única que es San José, todo un monumento de santidad y gracia y todo un encanto de persona. Su santidad, su vida no nos abruma ni oprime, más bien nos atrae, nos estimula, nos cautiva. San José, como María, hace más fácil la santidad. Nacido en Palestina de la familia de David, fue circuncidado al octavo día y le pusieron por nombre José = que Dios añada. Habitante de Nazaret, era artesano de la madera. San José es un hombre, como los demás hombres, que tiene su psicología, su historia, su entorno, que tiene su modo peculiar de ser…Pero que presenta unas notas específicas y propias, suyas, que le distinguen de todos los demás, notas que le engrandecen enormemente: esposo de María y padre de Jesús por su matrimonio con María. Desde la eternidad le predestinó el Padre para que fuese esposo de la madre de su Hijo y, consiguiente

San Jose sigue necesitando al P. Román, le da las gracias y felicita hoy 6 de abril en su 97 cumpleaños

El P. Román Llamas, de nombre de religión Román de la Inmaculada, nació en Vadevimbre (León), el 6 de abril de 1924, día en que aquel año se celebraba la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Estudió Humanidades en el Colegio-Seminario de los carmelitas descalzos de la Provincia de Castilla la Vieja desde 1935 a 1940. El año de Noviciado lo hizo en Segovia, al calor de San Juan de la Cruz, donde profesó el 26 de septiembre de 1941. Los estudios de Filosofía los hizo en Ávila en el Colegio-Casa Natal de Santa Teresa del 1941 al 1944. De Ávila pasó a Salamanca donde hizo la profesión solemne el 7 de abril de 1945, cursando en la Universidad Pontificia los estudios de Teología desde 1944 a 1949, donde se licenció en Sagrada Teología, para nombrarle posteriormente Profesor del Colegio Teológico de los carmelitas descalzos de Salamanca. De 1957 a 1960 después de cursar los tres años en el Instituto Bíblico de Roma, se licenció en Sagrada Escritura, para posteriormente dar clases en el C

EL AÑO JUBILAR DE SAN JOSÉ : La imitación de las virtudes de San José

San José es un prodigio de santidad. Fue santificado en el vientre de su madre y con la santidad Dios le elevó al alto estado del Matrimonio espiritual, como había elevado a la Virgen María, su Esposa, desde el instante mismo de su concepción inmaculada. Como dice de ella san Juan de la Cruz: “Tales eran las obras de la gloriosísima Virgen nuestra Señora, la cual estando desde el principio levantada a este alto estado, nunca tuvo en su alma impresa forma de alguna criatura ni por ella se movió, sino siempre su moción fue por el Espíritu Santo” (3Sub, 2,19). Y con la elevación al alto estado de matrimonio espiritual, el más alto estado a que se puede llegar en esta vida, la confirmación en gracia que va pareja con este alto estado, como dice san Juan de la Cruz (CE, 22,3). Lo que significa que está el alma llena de la gracia de Dios Padre y totalmente ajena a todo pecado voluntario y perfecta en todas las virtudes, que esto significa el siendo justo del Evangelio, como comentan los

EL AÑO JUBILAR DE SAN JOSÉ : Los pequeños servicios

Digo los pequeños servicios, pero para Dios no hay pequeños servicios porque en ello se trata de dar la voluntad a Dios Padre y cuando se trata de dar la voluntad a Dios no hay cosa pequeña, porque el más grande es precisamente dar la voluntad a Dios ya que Dios no mira la materialidad de las obras sino el amor, la voluntad con que se hacen. Me refiero a esas pequeñeces que san José te presenta siempre en la vida real que es de comunicación con muchas personas ¡Cuántas pequeñas cosas de bien que nos presenta al hilo de cada día que pudimos hacer y no hicimos! ¡Cuántas pequeñas mortificaciones que pudimos aprovechar para el bien de los demás y no las hemos aprovechado! Como una sonrisa cuando no tengo ganas de sonreír, con lo barata que es una sonrisa, una palabra amable cuando estás malhumorado, un devolver siempre bien por el mal que te hagan, un acompañar a una persona indefensa, no hacer nunca   a nadie lo que   no quieres que te hagan a ti, ayudar a una persona mayor a llevar l

EL AÑO JUBILAR DE SAN JOSÉ : El agradecimiento

Es un año santo que debemos al Papa Francisco, a su gran devoción a san José desde el día 8 de diciembre del año 1870, en que el Papa Beato Pío IX le declaró Patrono de la Iglesia católica hasta el 8 de diciembre de 2021, a los 150 años de dicha solemne proclamación. Un año para desahogar cada día y varias veces al día el corazón con una fe viva y una caridad ardiente. El recuerdo de san José siempre es reconfortante y gozoso. Un recuerdo para llenar el día y la vida de fuerza, de paz, de ilusión, de alegría y de amor. ¿Quién no se acuerda cada día del mejor amigo? El amor vive más donde ama que donde anima. Si amas a san José, ese mismo amor despertará el recuerdo y con él tantas cosas: San José santísimo desposado con María la Virgen purísima, que por eso en el evangelio de Lucas van siempre unidos y juntos, y por su desposorio con María José Padre tiernísimo de Jesús, cómo se entretenía con él con los juguetes que él mismo le había hecho como carpintero, cómo  le enseñaba las primer

Conclusión

San José ha tenido y tiene muchos y buenos devotos, pero ninguno como la Virgen María, su esposa. Todo lo que la Virgen María ha hecho con sus devotos, antes lo ha hecho con san José. Ninguno puede compararse con Ella. ¡Cuántos los detalles de amor delicadísimo!   ¡Cuántos los cuidados y servicios en una convivencia de muchos años! ¡Cuántos los sufrimientos y dolores cuando le veía en situaciones difíciles y embarazosas, en circunstancias de agobio! Más de una vez se acordaría de la profecía del anciano Simeón: una espada traspasará tu alma al ver a su esposo José en trances duros y penosos. Se convirtió María en la mejor devota de san José desde sus relaciones fundadas solo en el amor, que solo se entienden desde el más puro amor del cielo. Estuvo unida a José en los encantos de Belén, en los sufrimientos del destierro a Egipto, en las preocupaciones y trabajos de Nazaret, en la separación temporal con la muerte de san José. La Virgen María fue una verdadera y entregada devota de Sa

Silencio (4 de 4)

  Dios habla en el silencio y en el silencio debe ser oído. Dice san Juan de la Cruz: “Mejor es aprender a poner las potencias en silencio y callado para que hable Dios” (3Sub 4,3). Es lo que hizo san José. Dios le habló y pudo escuchar su palabra. La llevaré a la soledad, al silencio, al sueño de la noche y le hablaré al corazón (Os 2,24). Este silencio lo ve el Papa san Juan Pablo II en su trabajo de carpintero. “También el trabajo, carpintero en la casa de Nazaret, está envuelto en el mismo clima de silencio, que acompaña todo lo relacionado con la figura de José. Por eso es un silencio que descubre de modo especial el perfil interior de esta figura. Los evangelios hablan exclusivamente de lo que hizo José, hizo, sin embargo, permiten descubrir en sus acciones ocultas por el silencio un clima de profunda contemplación (RC 25). El silencio de san José es eminentemente contemplativo, recibe las comunicaciones en la vida familiar de Jesús y María, cuya vida le van introduciendo más

Silencio (3 de 4)

San José está todo absorto en Dios en lo más profundo de su ser y en lo exterior del mismo. Vivía en Dios y realmente su vida se mueve en el misterio sublime de Jesús y de María y veía en ellos en ocasione, obras admirables, divinas y les oía palabras también divinas que le dejaban maravillado y las guardaba en su corazón meditándolas en silencio. ¿No las oyó con María, cuando los pastores decían cosas admirables del Niño recién nacido de María y los dos estaban maravillados de lo que oían? ¿No, las oyó también con María, en la Presentación del Niño Jesús en el templo del anciano y temeroso Simeón, de Ana la profetisa y quedaban pasmados? ¿Y cuando le encontraron el templo en medio de los Doctores? José vive en una admiración constante, en un silencio profundo y gozoso en lo más profundo de su corazón: José calla y hace. A las mismas palabras de Dios en sueños no responde con palabras sino con hechos que nacen maravillosos de su silencio íntimo precisamente. San José es el hombre d