Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2021

DECOR CARMELI= HERMOSURA DEL CARMELO

  La Orden del Carmen, los carmelitas celebramos la fiesta patronal el 16 de julio, nuestra Señora del Carmen, cuyo lema es Decor Carmeli= Hermosura del Carmelo. El Monte Carmelo, donde tiene su trono, es un Monte bellísimo. El profeta Isaías para cantar las bendiciones de Yahvé sobre Jerusalén se sirve de expresiones como estas:  “La gloria del Líbano le ha sido dada y el esplendor del Carmelo y de Sarón. Se verá la gloria de Yahvé y el esplendor de nuestro Dios”  (Is 35,1-2) Y al revés para dar a conocer el día de luto y de dolor:  “Languidece el Líbano, está ajado y mustio. Ha quedado el Sarón como estepa, y se va pelando el Basán y el Carmelo”  (Is 33,9) 

Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas...

 

Poesía de santa Teresita del Niño Jesús a san José en 1894

1. José, tu vida transcurrió en la sombra, humilde y escondida, ¡pero fue tu privilegio contemplar muy de cerca  la belleza de Jesús y de María! José, tierno Padre, protege al Carmelo; que en la tierra tus hijos gocen ya la paz del cielo. 2. Más de una vez, el que es Hijo de Dios  y entonces era niño, sometido en todo a tu obediencia, ¡descansó con placer sobre el dulce refugio  de tu pecho amante! José, tierno Padre, protege al Carmelo; que en la tierra tus hijos gocen ya la paz del cielo. 3. Y, como tú, nosotras servimos a María y a Jesús  en la tranquila soledad del monasterio. Nuestro mayor cuidado es contentarles, no deseamos más. José, tierno Padre, protege al Carmelo; que en la tierra tus hijos gocen ya la paz del cielo. 4. A ti nuestra santa Madre Teresa  acudía amorosa y confiada en la necesidad, y asegura que nunca dejaste de escuchar su plegaria. José, tierno Padre, protege al Carmelo; que en la tierra tus hijos gocen ya la paz del cielo. 5. Tenemos

"...gracias a san José por lo bien que les ayudó..." (V 6,8)

“Que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús que no den gracias a san José por lo bien que les ayudó en ellos” (en los trabajos). (V 6,8)  

"quisiera persuadir a todos que fuesen muy devotos de este glorioso Santo" (V 6,8)

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX PDF

 

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (7 de 7)

Con anterioridad a este Breve, León XIII había publicado la Encíclica Quamquam pluries (15.8.1889), la primera encíclica josefina en la que desarrolla las ideas maestras de Pio IX, en una de las mejores síntesis sobre San José que nos ha ofrecido el magisterio eclesiástico hasta la Exhortación apostólica de Juan Pablo II Redemptoris Custos (15.8.1989) Estos documentos pontificios avivaron muy fuertemente e intensamente la devoción a San José, hasta tal punto que la misma Congregación de Ritos se vio obligada a reconocer que a partir de la fecha de la promulgación del patronato de San José “la antigua devoción de los fieles hacia el excelso Patriarca se incrementó de forma maravillosa. Esta piedad, como una nueva llama sobreañadida, ardió con mayor fervor después de que el papa León XIII, por su encíclica del 15 de agosto de 1889, proclamase la excelencia de la dignidad del Santo Patriarca”. (15.8.1892) 11 y que encontró una explosión extraordinaria con ocasión de la celebración de

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (6 de 7)

La devoción a San José llega a su cenit en los últimos años del siglo con la publicación de tres documentos pontificios. A lo largo de este siglo se multiplican las peticiones colectivas de millones de fieles, sacerdotes y obispos que llegan a la Congregación de Ritos para que el nombre de San José sea añadido al de su Esposa, antes de los ángeles en algunas oraciones litúrgicas, como el Confiteor, el Suspice Sancta Trinitas, Libera nos… sin éxito inmediato. En torno al Vaticano I, como expresión del sentido de la fe del pueblo cristiano, arrecian las peticiones de que San José sea proclamado Patrono de la Iglesia universal y Pío IX el 8 de diciembre de 1870 lo declaró solemnemente con el documento Quemadmodum Deus Joseph en el que traza las líneas maestras de la teología josefina. 9 Algo parecido pasó con la fiesta de la Sagrada Familia ante la presión de las peticiones clericales y episcopales, eco de la voz del pueblo fiel, León XIII con el Breve Neminem fugit (14.6.1892), “l

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (5 de 7)

Sabemos de la importancia de la imagen en un mundo y en una sociedad con altos índices de analfabetismo, como era el siglo XIX, junto con el sermón. Por eso la jerarquía fomenta la publicación de estampas como medios de adoctrinar y fomentar en los fieles a ella encomendados la devoción y vida cristiana. Adquiere unas dimensiones enormes la publicación de estampas de San José solo, con el Niño, en Nazaret y otros momentos de su vida: huida a Egipto, en el templo de Jerusalén…muerte de San José, tema especialmente presente en este siglo. Las estampas de San José forman un mundo rico y variado que expresa y alimenta la devoción al Santo Patriarca. En su mayoría llevan un pensamiento o una invocación a pie de estampa y una oración en el reverso. Las vemos también ilustrando muchos de los libros devocionales josefinos de este siglo. En uno se publica el verdadero retrato de San José según la visión de Juana de los Ángeles, en Laon año 1637. 7 Y con las estampas, las medallas y hasta alta

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (4 de 7)

La predicación josefina no sólo no decae, sino que aumenta. Es un siglo en que se predica mucho a San José, aunque no todos los sermones se escriben. En las grandes ciudades, donde existen cofradías y asociaciones josefinas, las fiestas del Santo Patriarca se celebran con toda solemnidad con predicación por la mañana y por la tarde. Se predican muchos novenarios, septenarios, quinarios y sermones sueltos. Se le saca en procesión. 4 Nacen Bibliotecas de predicadores y Tesoros de predicación en los que abundan sermones sobre San José. 5 Un aspecto destacado de la devoción a San José en el siglo XIX es presentarlo como abogado singular en la hora de la muerte. Ya en el siglo XVII se habla con frecuencia en los libros espirituales de la época del tema de la muerte, pero no parece para nada en esa hora San José, sí Jesús y María. En el siglo XIX es frecuentísimo en los libros josefinos el recuerdo de San José en su condición de abogado para esa hora suprema. Un mes de marzo aparece titul

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (3 de 7)

Centro Josefino Español La literatura devocional sobre San José es numerosa, abundante y rica: Vida de San José, Devocionarios, Mes de marzo dedicado a San José, Modo de rezar la Santa Corona… Basta recorrer el catálogo de libros religiosos de la Librería religiosa de Barcelona y otras como La imprenta de los herederos de V. Pla, o recorrer una biblioteca especializada de San José, como la del Centro Josefino español, única en España y casi en el mundo en su especialización josefina, para darse cuenta de la riqueza de libros devocionales sobre San José en el siglo XIX. Algunos son reediciones de libros del siglo anterior, otras traducciones del francés e italiano, pero la mayoría nacen en este siglo. 2 Sin olvidar las revistas populares que nacen en este siglo, como el propagador de la devoción a San José (1866), que sale el 8 de cada mes y se vede a un real por cuaderno y llegó a tirar la friolera de 15.000 ejemplares en una sociedad en gran parte analfabeta. Actualmente se publica

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ EN EL SIGLO XIX (2 de 7)

    Siguen vivas y fecundas las Asociaciones y Cofradías de siglos anteriores y se crean otras nuevas para promover la devoción a san José y conseguir su ayuda poderosa para sus miembros y necesidades, como la Asociación de devotos del glorioso Patriarca San José que llegó a contar 600.000 asociados en toda España, fundada por José María Bocadella y Verdaguer (1815-1892). El novus ordo del liberalismo impugna duramente dos instituciones basilares de la sociedad, impregnadas de fuerte sentido cristiano: la escuela y la familia. Esto provoca una reacción vigorosa en el seno de la Iglesia española. Y así nacieron nuevas Congregaciones religiosas con el nombre de San José o de la Sagrada Familia y bajo su patrocinio que todo lo puede, que además de fomentar la devoción a San José en sus miembros como medio excelente de santidad y proyectarla al pueblo fiel con la misma finalidad, llevaban a los niños y jóvenes una enseñanza imbuida de sentido cristiano y la regeneración de las familias