Cuando san Simón Stock, General de la Orden del Carmen, se dirige a
la Virgen María intercediendo por la Orden en momentos difíciles y angustiosos
lo hace con esta oración: “Flor del
Carmelo / Vid florida / esplendor del cielo / Virgen fecunda y singular /a los
carmelitas da privilegios / Estrella del mar”.
Es una oración-poesía llena de
hermosura: flor del Carmelo, ¿qué flor no es hermosa? El Carmelo, ya vimos que
es sinónimo de hermosura; vid florida y estrella del mar. La Virgen María,
que siempre escucha a sus hijos que con confianza e insistencia le piden, libró
a la Orden de su destrucción que perseguían sus enemigos, y le concede
nada menos que el privilegio del santo escapulario, lleno de gracias y
bendiciones, con la promesa amorosísima de que el que muera con él no se
condenará. Y las promesas de la Virgen María no fallan nunca.
P.
Román Llamas, ocd
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