Y por eso decimos que la casa de Nazaret es el cielo, porque ¿qué es el cielo?, es la situación gloriosa en la que solo priva el amor en el grado sumo que, cada glorificado puede tener. Y en la casa de Nazaret solo reina el amor, el amor perfecto, el amor divino de Jesús, María y José, el tesoro de inestimable valor, el don realmente de Dios del más extremado aprecio y muy aventajado sobre las perlas preciosas. María es la perfecta virgen, la perfecta madre y la perfecta esposa, “y con tanta perfección guardó las leyes del matrimonio como las de la castidad” (josefina, libro 1, cap. 4, pág. 36). Y la ley del matrimonio es el amor, y María amó a su esposo con los abismos de amor que el Espíritu Santo había derramado en su corazón. Y José ha amado a María como jamás esposo alguno ha amado a su mujer. La ha amado con un amor purísimo, virginal, intensísimo y total, está ya viviendo su cielo en la tierra. También Jesús está viviendo su cielo en la tierra y sufriendo el mayor sufrimiento posible, porque no hay mayor amor que dar la vida por los amigos y la supremacía del amor debe probarse con el mayor sufrimiento como es el de morir crucificado.
Santa Teresita decía que no podía explicarse como podría ser feliz en el cielo donde no se puede sufrir. pues la prueba la tiene en la casa de Nazaret, en la que los tres que la habitan están viviendo en el cielo ya que sus obras, de los tres, son divinas, las de Jesús porque es Dios, las de María y José porque no son ellos los que hacen las obras, sino que todas las realiza el Espíritu Santo en ellos, como dice san Juan de la Cruz. Y en el cielo de la casa de Nazaret se dan los mayores sufrimientos. y la misma santa Teresita podía pensar que ella estaba viviendo en el cielo pues todo lo que le daba a Jesús era amor y el Señor le dio como prueba el sufrimiento horrible de la prueba de la fe.
P. Román Llamas, ocd
Comentarios
Publicar un comentario