El Beato Papa Pablo VI, estando de visita en Tierra Santa visitando Nazaret, la escuela donde comienza a entenderse la vida de Jesús, dijo que no partiría de esta ciudad sin recoger, aunque fuese furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret. “Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que solo Dios ve” ( Alocución del 5de enero de 1964). En San José, como en María, su grandeza está de...