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Conclusión

San José ha tenido y tiene muchos y buenos devotos, pero ninguno como la Virgen María, su esposa. Todo lo que la Virgen María ha hecho con sus devotos, antes lo ha hecho con san José. Ninguno puede compararse con Ella. ¡Cuántos los detalles de amor delicadísimo!  ¡Cuántos los cuidados y servicios en una convivencia de muchos años! ¡Cuántos los sufrimientos y dolores cuando le veía en situaciones difíciles y embarazosas, en circunstancias de agobio! Más de una vez se acordaría de la profecía del anciano Simeón: una espada traspasará tu alma al ver a su esposo José en trances duros y penosos.

Se convirtió María en la mejor devota de san José desde sus relaciones fundadas solo en el amor, que solo se entienden desde el más puro amor del cielo. Estuvo unida a José en los encantos de Belén, en los sufrimientos del destierro a Egipto, en las preocupaciones y trabajos de Nazaret, en la separación temporal con la muerte de san José. La Virgen María fue una verdadera y entregada devota de San José

                                                           

En Valladolid a 6 de abril, sábado, día de mi nacimiento de 2019,      

         P. Román Llamas, ocd

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