Este
silencio lo ve el Papa san Juan Pablo II en su trabajo de carpintero. “También
el trabajo, carpintero en la casa de Nazaret, está envuelto en el mismo clima
de silencio, que acompaña todo lo relacionado con la figura de José. Por eso es
un silencio que descubre de modo especial el perfil interior de esta figura.
Los evangelios hablan exclusivamente de lo que hizo José, hizo, sin embargo, permiten descubrir en sus acciones ocultas por
el silencio un clima de profunda contemplación (RC 25).
El
silencio de san José es eminentemente contemplativo, recibe las comunicaciones
en la vida familiar de Jesús y María, cuya vida le van introduciendo más y más
en el misterio de Dios. Las más altas comunicaciones místicas se experimentan
en el silencio más `profundo. Dice santa Teresa: “Pasa con tanta quietud y tan
sin ruido todo lo que el Señor aprovecha aquí al alma y la enseña, que me
parece es como en la edificación del templo de Salomón, donde no se había de
oír ningún ruido (3Rey 6,7). así en el templo de Dios, en esta morada suya,
solo Él y el alma se gozan con grandísimo silencio” (7M 3,11).
Le
podemos aplicar las palabras de Isabel de la Trinidad sobre la adoración que vimos
más arriba. Esa actitud adorante es la que guarda san José ante Jesús y María,
que en este silencio amoroso le van comunicando y aumentando misteriosamente
sus gracias y santidad en el abismo más hondo de su ser.
San
José, el santo del silencio. Es un gigante del silencio, un silencio altamente
comunicativo a través de sus obras, que descubren su profundidad y fecundidad,
porque las grandes obras se fraguan en el silencio, de él nacen poderosas y
gloriosas. Si el alma que cultiva el silencio es, en expresión de santa Isabel
de la Trinidad, como una lira, cuya cuerdas toca misteriosamente el Espíritu
Santo, arrancando de ella armonías divinas, san José es una lira de oro, la más
delicada y sonora después de la Virgen María, su esposa, de la que el Espíritu
Santo ha arrancado lar armonías más divinas después de las de su esposa María.
P.
Román Llamas, ocd
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