En la liturgia del adviento aparecen una serie de personajes cuya presencia nos ayuda a vivir las actitudes propias de este tiempo: profetas, Isaías, Juan Bautista, José y María. Particularmente María. María es la personificación del adviento, porque es ella la que lo vivió con más entrega, con más fe, con más esperanza, con más alegría. Un adviento largo de nueve meses.
Juan de la Cruz vive el adviento con María. En el Romance de la Encarnación la menciona explícitamente dos veces. María, de cuyo consentimiento el misterio se hacía, y el Verbo quedó encarnado en el vientre de María. María es la graciosa Madre que estaba en pasmo de que tal trueque veía: el llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría.
P Román Llamas, ocd
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