El año nuevo comienza con una bendición de Dios, tomada del libro de los
Números, pero que hay que leer en clave cristiana. Es normal que
comience así, pues lo característico de Dios es bendecir, es agraciar,
Dios no sabe maldecir. El mirar de Dios es amar y bendecir. Una bendición que
el texto expresa con estas palabras: que el rostro de Dios… su favor… ¿Cuál es
el Rostro de Dios?... Es Jesucristo. Jesucristo es la bendición de Dios. Dios
nos bendice con Jesucristo, que es la Paz y todas las bendiciones de Dios: En
él nos bendice con toda clase de bendiciones, espirituales y celestiales.
Y esta bendición nos viene por medio de
María. María es el centro de esta solemnidad que hoy celebramos, la Madre de
Dios. Como tal la veneraron los primeros cristianos que en Egipto consagraron
un nombre para expresar su fe sencilla y evangélica, la Theotocos, la
Madre de Dios y un concilio, el de Éfeso en 431 definió solemnemente la
Maternidad divina de María como dogma de fe. Y ¿cómo no si esta es la
afirmación de las Escrituras, como vimos en Pablo, nacido de una mujer, el
primer texto mariano del nuevo Testamento. Madre del Hijo de Dios, Dios como
él, para que pudiéramos nosotros poder ser hijos de Dios. Su maternidad
divina sobre Jesús es también maternidad sobre nosotros. Por nuestras venas
cristianas corre vida de Dios que es también vida de María.
Es también la enseñanza del evangelio que
acabamos de escuchar: los pastores encontraron a Jesús con su madre María y su
padre José.
Esta maternidad que hoy
celebramos es la causa y fuente de todas las gracias y privilegios de María…
Bendición de Dios por medio
de María que si acogemos con fe y amor produce la paz en los corazones y en los
pueblos. Bendición de Dios que hace que comencemos un año nuevo con vida nueva.
La vida de Dios siempre es nueva y renueva, hace nuevo cuanto toca. Renueva el
corazón que es donde se asienta la paz y la felicidad. La felicidad no la dan
las cosas de fuera, no la dan la salud, las riquezas, los dineros, las
diversiones, las cenas opíparas que hoy se hacen…la felicidad está dentro del
corazón. Poco vale y poco importa que estrenemos calendario si no estrenamos
corazón, si no dejamos los trastos viejos y los renovamos por unos nuevos, si
no dejamos que la bendición de Dios, Jesucristo, el Amor se derrame en nuestros
corazones. Esa bendición que nos trae y regala la Virgen María, la Madre
de Dios y nuestra. Acojamos la bendición de Dios que es Jesucristo y como los
pastores corramos a predicar lo que hemos visto, a hacernos instrumentos de
paz, alegría, concordia, solidaridad amor. Año nuevo, vida nueva en la
bendición de Dios.
P. Román Llamas, ocd
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