Para recuerdo y memoria de la proclamación de san José como Patrono de la Iglesia católica, el papa Pío IX mandó que elaborasen un gran tapiz, Se comenzó el año 1871, pero no se acabó hasta el 1915 bajo el pontificado de Benedicto XV que lo inauguró. En el cuadro, que representa a san José con el niño en sus brazos, están bien visibles el año de MDCCCLXXI y el escudo del Papa Pío IX. Dos ángeles de rodillas, a los pies del Protector de la Iglesia, sostienen: uno la basílica de san Pedro y el otro el Decreto de Pío IX Quemadmodum Deus.
Cada día de su vida rezaba esta oración: “Humildemente
postrado a vuestros pies, oh Santísima Virgen, te confieso mis pecados, tan
numerosos, tan graves. Perdóname, Señor, mis grandes pecados… Concédeme el
perdón por los méritos de san José su castísimo esposo, nuestro Padre,
Protector y nuestra ayuda en la agonía de la muerte”.
P.
Román Llamas, ocd
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