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SAN JOSE EN LA LLAMA DE AMOR VIVA (7 de 11)



Ya en la Subida del Monte Carmelo, libro 1, cp. 11-13 habla explícitamente de la unión perfecta con Dios: “El estado de esta divina unión consiste en tener el alma según la voluntad en total transformación en la voluntad de Dios, de tal manera que no haya en ella cosa contraria a la voluntad de Dios, sino que en todo y por todo su movimiento sea voluntad solamente de Dios” (1 Sub 11,2) “pues si esta alma quisiese alguna imperfección que no quiere Dios. no estaría hecha una voluntad de Dios, pues el alma tiene voluntad de lo que no la tiene Dios.  Luego claro está que para venir el alma a unirse con Dios perfectamente por amor y voluntad ha de carecer primero de todo apetito de voluntad, por mínimo que sea; esto es, que advertida y conocidamente no consienta con la voluntad en imperfección y venga a tener poder y libertad para poderlo hacer en advertirlo” (1 Sub 11,3, cfr 2 Sub 5,3). 

Y para explicar cómo cualquier apetito, por mínimo que sea rompe la unión con Dios, trae el ejemplo del pajarito que está asido a un hilo delgado y fácil de quebrar, pero por delgado y fácil de romper que sea, mientras esté asido no puede volar (1Sub 11,4)

Más adelante trae unos avisos sobre el particular. El primero es un aviso de oro, cumplido él no necesitamos más. “Traiga un apetito ordinario de imitar a Cristo en todas las cosas, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saberla imitar. Y haberse en todas las cosas como se hubiera Él (1 Sub 13,3). Estas últimas palabras resumen toda la vida de unión con Dios. Hacerlo todo y vivirlo todo como lo haría y viviría Jesucristo.

P. Román Llamas, ocd



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