Ir al contenido principal

SAN JOSE EN LA LLAMA DE AMOR VIVA (3 de 11)



En este breve prólogo resume lo que luego irá detallando en el comentario de la 1ª canción.

Y en este encendido grado se ha de entender que habla el alma aquí, y tan transformada y calificada interiormente en fuego de amor, que ya no solo está unida en este fuego sino que hace su viva llama en ella y ella así lo siente y así lo dice en estas Canciones con íntima y delicada dulzura de amor, ardiendo en su llama.

Y como ve que aquella llama delicada de amor, que en ella  arde, cada vez que la está embistiendo la está como glorificando en suave y fuerte gloria, tanto que cada vez que la absorbe y embiste le parece que le va a dar la vida eterna, y que va a romper la tela de la vida mortal, y que falta muy poco, y que por esto poco no acaba  de ser glorificada esencialmente, dice con gran deseo a la llama, que es el Espíritu Santo, que rompa ya la vida mortal por aquel dulce encuentro en que de veras la acabe de comunicar lo que cada vez parece que le va a dar cuando la encuentra, que es glorificarla entera y perfectamente, y así dice: 

                            ¡Oh llama de amor viva! (n. 1)

         Comienza por explicar que quiere significar con los términos ¡oh! y cuan. Significan encarecimiento afectuoso, dan a entender del interior más de lo que se dice por la lengua. Y sirve el ¡oh!  para mucho desear y para mucho rogar persuadiendo, y para entrambos efectos usa el alma de él en esta canción, porque en ella encarece e intima el gran deseo, persuadiendo al amor que la desate (n. 2).

“Esta llama de amor es el Espíritu de su Esposa, que es el Espíritu Santo, al cual siente ya en sí el alma -lo siente así san José- mas no solo como fuego que la tiene consumada y transformada en suave amor, sino como fuego que demás de eso, arde en ella y echa llama, como dije. Y aquella llama cada vez que llamea, baña al alma de gloria y la refresca en temple de vida divina.

Y esta es la operación del Espíritu Santo en el alma transformada en amor…y así los actos de amor del alma son preciosísimos y merecen más en uno y vale más que cuanto había hecho en toda su vida sin esta transformación, por más que ello fuese, etc.” (n. 3) Pensemos en san José que lo experimentó más de una vez.


P. Román Llamas, ocd


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL AÑO JUBILAR DE SAN JOSÉ : Los pequeños servicios

Digo los pequeños servicios, pero para Dios no hay pequeños servicios porque en ello se trata de dar la voluntad a Dios Padre y cuando se trata de dar la voluntad a Dios no hay cosa pequeña, porque el más grande es precisamente dar la voluntad a Dios ya que Dios no mira la materialidad de las obras sino el amor, la voluntad con que se hacen. Me refiero a esas pequeñeces que san José te presenta siempre en la vida real que es de comunicación con muchas personas ¡Cuántas pequeñas cosas de bien que nos presenta al hilo de cada día que pudimos hacer y no hicimos! ¡Cuántas pequeñas mortificaciones que pudimos aprovechar para el bien de los demás y no las hemos aprovechado! Como una sonrisa cuando no tengo ganas de sonreír, con lo barata que es una sonrisa, una palabra amable cuando estás malhumorado, un devolver siempre bien por el mal que te hagan, un acompañar a una persona indefensa, no hacer nunca   a nadie lo que   no quieres que te hagan a ti, ayudar a una persona mayor a...

carta P General Miguel Márquez

  Querido Román padre y hermano. Nos sentimos todos huérfanos de tu presencia en esta hora de despedidas. Pero quiero expresarte lo que no te dije en vida ahora que me puedes escuchar mejor aún, aunque siempre escuchabas atento.   Gracias por tu testimonio de entusiasmo por la vida y por el presente. Gracias por regalarme en tu persona un ejemplo de dignidad amable y de amistad fiel con tantísima gente que encontraba en ti un apoyo seguro y una palabra sabia.   Nos has enseñado en tu manera de vivir algo que difícilmente aprendemos: el cuidado de ti mismo, de tu salud y de tu descanso, tus paseos y tu constancia, tu manzana y tu zumo de limón. Hemos vivido juntos seis años que fueron decisivos. Me enseñaste con la vida y con la entrega lo que ningún discurso acierta a decir. Dondequiera que voy me preguntaban por ti y todos los que te recuerdan de Roma son unánimes en la nobleza de tu presencia y la capacidad para dar alas y confianza a cada uno. La sonrisa con...

SAN JOSÉ CONTEMPLATIVO (6 de 6)

Las altas comunicaciones místicas, como las que experimentó santa Teresa de Jesús, y con cuánto sabor espiritual, como ella cuenta, se experimentan en el más profundo y amoroso silencio. Escribe santa Teresa: “Pasa con tanta quietud y tan sin ruido todo lo que el Señor aprovecha aquí al alma y la enseña, que me parece que es como en la edificación del templo de Salomón adonde no se había de oír ningún ruido (1Rey 6,1), así es en este templo de Dios, en esta morada suya, solo él y el alma se gozan con grandísimo silencio” (7M 3,11). Con grandísimo silencio se gozan san José y el Espíritu Santo en la comunicación y enseñanza de esta ciencia de amor que este le va enseñando día tras día. San Juan de la Cruz afirma a su vez: “porque lo que Dios obra en este tiempo no lo alcanza el sentido, porque es en silencio, que como dice el sabio, las palabras de la sabiduría oyense en silencio” (Eclo 9,17) (Llama, 3.67). P. Román Llamas, ocd