Un dato especial que va configurando a
esta familia nazaretana es la llegada de unos Magos de Oriente que vienen
buscando al Niño para adorarlo y al encontrarle en Belén con su Madre y San
José, a quien silencia el evangelio, le ofrecen oro, incienso y mirra y
prosternados le adoraron. Qué pensaron José y María de esta adoración y
ofrecimiento de los magos nada nos dice el evangelista (Mt 2,11), cuando ante
la llegada de los pastores y escuchar lo que decían del Niño se maravillaron
(Lc 2,18).
Estando todavía en Belén José recibe en
sueños del ángel del Señor la orden de tomar a su esposa y al Niño y, huir a
Egipto porque Herodes, el rey de Judea, busca al Niño para matarlo. Y
José, en la misma noche, toma a su esposa y al Niño y emigra a Egipto. Nada nos
dice el evangelista de la estancia de la Sagrada Familia en Egipto,
ni dónde vivieron, ni cuánto tiempo estuvieron en el destierro. Solamente
que un día José recibe la orden de volver a Judea y que, en vez de volver a
Belén, donde reinaba Arquéalo, tan sanguinario como su Padre Herodes, volvieron
y se establecieron en Nazaret conforme les mandó el ángel del Señor (Mt
2,13-15.19,23)
P. Román Llamas ocd
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