En muchos libros suele haber un capítulo que destaca por algún motivo especial. Eso pasa con el capítulo VI de la Vida de santa Teresa, el libro de las misericordias de Dios para con ella, sobre san José y su devoción profunda a él...“Quisiera persuadir a todos que fuesen muy devotos de este glorioso Santo”.
P. Román Llamas, ocd.
Santa
Teresa no solo hizo ella evangelización de san José, sino que con ella estableció
las bases muy firmes para que esa evangelización se continuase en campos más
vastos y extensos y dilatados y con muchos más evangelizadores. Los conventos
de monjas y frailes crecieron multiplicadamente y cada convento, casa de san
José, es un foco de evangelización josefina. Los frailes y monjas de la Reforma
de santa Teresa se han multiplicado por miles y cada carmelita, hijo o hija de
santa Teresa, es un evangelizador de san José. Podemos aplicar a cada uno,
monja y fraile, lo que el dominico Luis Blanes afirma de la Venerable Leonor
del Santísimo Sacramento, muerta en Valencia en 1694, si no predican a san
José: “No fuera, pues, dignísima hija de la gloriosa Madre, si faltase la
devoción a este santísimo Patriarca que, como tesoro soberano, heredan todas
las hijas de aquel abrasado serafín”(Resumpta
breve de la penitente y virtuosa vida de la Ven. Leonos del SantísimoSacramento,
San José de Valencia, Valencia, 1601, p. 114)
Y
entre estos religiosos y religiosas se cuentan santos beatificados y canonizados,
todos ellos grandes devotos de san José, que han evangelizado y evangelizan al santo
Patriarca poderosamente.
Santa
Teresa nos ha dejado su vida totalmente consagrada a su devoción a san José, su
Padre y Señor, a cuya devoción, como escribe el P. Gracián, su confesor, su director y confidente durante muchos años,
atribuía todos los dones de naturaleza: ingenio y buena disposición, y todos
los dones de gracia: muchas de revelaciones, gustos, regalos, y otras dádivas,
amén de sobrenaturales perfecciones, trabajos de dolores en que imita a
Cristo, aflicciones de compasión con que
padecía a honor de la Virgen María. “todas estas bendiciones le vinieron por su
verdadera devoción a san José, esposo de la Virgen María que siempre tuvo en su
alma” (Sermones. Declamación en que
se trata de la perfecta vida y virtudes heroicas de la Beata Madre Teresa y de
la fundación de sus monasterios:
Una afirmación de este calibre la
hace o porque él ha visto a través del trato tan frecuente con él que mantiene
con san José una relación espiritual intimísima o porque la misma Santa se lo
ha contado.
Santa Teresa sigue viva en la
Iglesia de Dios, como Maestra espiritual de la misma y con su vida y sus
escritos, de altísima sabiduría y experiencia divina, sigue evangelizando a san
José, mi Padre y Señor mío.
P. Román Llamas,
ocd.
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