En la escenificación de las escenas evangélicas propias de este tiempo, aparecen representadas las personas de María y de José especialmente. Y nos dicen los testigos que el santo hacía comentarios de tiernas palabras ante esas representaciones. Sería interesante saber qué decía en el "explicar quiénes eran los huéspedes que pedían", cuál era el retrato que hacía de la Virgen y de San José. De la Virgen podemos adivinarlo por lo que de ella nos evangeliza en sus escritos: la graciosa Madre, la bendita Madre que expone necesidades, la movida en todo por el Espíritu Santo, la agraciada con tal cúmulo de gracias cuando Dios quiso demostrar quién es, que no hay inteligencia que lo pueda ni siquiera sospechar.
Sería interesante saber lo que decía del bendito San José, de quien no tenemos ninguna referencia en sus escritos.
El hecho es, que el adviento, los advientos de San Juan de la Cruz, eran advientos eminentemente marianos. Vivía las actitudes marianas de esperanza, de alegría y de pasmo ante lo que contemplaba, impregnaban su alma estas actitudes de María. Vivía muy unido a la Virgen María en su adviento y espera del nacimiento del Verbo y Salvador del mundo que llevaba en su vientre.
P. Román Llamas, ocd
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