Al final de estas dos partes concluimos que Santa Teresa se dirige también a nosotros cuando dice: “Sólo pido por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere; y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción” (V 6,8).
Desde la experiencia y le quedan todavía
muchos años de vida por delante, lanza este grito evangelizador de San José. No
quiere que nos privemos de una parte de tantas gracias y ayuda como es la
devoción a San José. San José se portó tan bien con Santa Teresa, le
alcanzó cuanto le pidió, le curó de todas las enfermedades del cuerpo y
del alma; para darnos a entender a todos que los mismo hará con nosotros si
acudimos a él con fe y amor. Es amigo que nunca falla. Como lo puede todo, todo
lo alcanza.
P. ROMÁN
LLAMAS, OCD
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