En muchos libros suele haber un capítulo que destaca por algún motivo especial. Eso pasa con el capítulo VI de la Vida de santa Teresa, el libro de las misericordias de Dios para con ella, sobre san José y su devoción profunda a él...“Quisiera persuadir a todos que fuesen muy devotos de este glorioso Santo”.
P. Román Llamas, ocd.
La
evangelización que santa Teresa nos presenta de san José y su devoción presenta
varios aspectos Y comienzo por el de su propia vida, su propia experiencia
josefina. Es la primera y más importante evangelización. Si detalla tan
copiosamente la bondad y el poder omnímodo
de san José para con ella es para que a su ejemplo nos hagamos muy devotos de
san José. ¿Por qué y para qué nos dice
que tomó por abogado y señor al glorioso san José y se encomendó mucho a él? “Ví claro que así de esta necesidad, como de
otras mayores de honra y pérdida de alma, este padre y señor mío me sacó con
más bien que yo sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa
que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por
medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo
como de alma, que a otros santos parece que les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este
glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor
darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre
de padre –siendo ayo- le podía mandar , así en el cielo hace cuanto le pide” (V
6,6). ¿Quién se puede resistir a este ejemplo maravilloso de devoción a san
José que no se sienta movido a ser su devoto?
Y desde esta admirable
experiencia josefina viene las llamadas explicitas a ser devotos del santo
Patriarca, Y comienza con el ejemplo de las personas a las que ella ha
evangelizado josefinamente, cuando ella en la Encarnación se había hecho propagandista
de la devoción a san José.”Esto han visto otras algunas personas a quien yo decía
se encomendasen a él, también por experiencia, y así muchas que le son devotas
de nuevo, experimentando esta verdad” (V 6,6). A santa Teresa le pasa algo
parecido a lo que les pasó a los apóstoles cuando tuvieron la experiencia de
Jesús resucitado que no podían no hablar de lo que han visto y oído (Hech 4,20)
Y
con grito poderoso clama: “Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este
glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios,
No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios
que no la vea más aprovechada en la virtud, porque aprovecha en gran manera a
las almas que a él se encomiendan” (V 6,7).
“Si fuera persona que tuviera autoridad de
escribir, de buena gana me alargara en decir muy por menudo las mercedes que ha
hecho este glorioso Santo a mí y a otras personas…Solo pido por amor de Dios
que lo pruebe quien no me creyere y verá por experiencia el gran bien que es
encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción” (V 6,7)
¡Qué
lástima que no haya sido más larga en escribir más por menudo las mercedes que
el Señor le hizo y a otras religiosas y personas! Aunque lo que nos dice en
tan cortas palabras es muchísimo lo que predica, Madre Teresa sobre el glorioso
san José.
En
especial personas de oración – sin duda esa llamada se dirige especialmente a las
carmelitas y a los carmelitas descalzos, ya que “santa Teresa presenta la vida
de oración como centro al que convergen y hontanar del que brotan todos los
elementos constitutivos de nuestro carisma”
( Const. de los hermanos carmelitas
descalzos, c,4,n.3) – siempre le habían de ser aficionadas, que no sé como
se puede pensar en la Reina de los ángeles, en el tiempo que tanto pasó con el Niño
Jesús, que no den gracias san José por
lo bien que le ayudó en ellos. Quien no hallare maestro que le enseñe oración,
tome este glorioso santo por maestro y no errará en el camino (v 6,8). “La
santa Madre tuvo a san José una devoción especial por su misión en el misterio
de la salvación y por la protección que dispensó a la naciente Reforma, por eso
nuestra Orden debe mirarle siempre como un maestro de la vida de oración y
encomendarse confiadamente a su patrocinio”
(Decretos… V, n. 74, p. 57).
Y
sobre esta llamada a ser devotos de san José como maestro de oración basta,
anteriormente lo hemos tratado ampliamente.
P. Román Llamas, ocd.
Siguientes publicaciones:
· San José titular de sus fundaciones
· Conclusión
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